sábado, 15 de mayo de 2010

Problemas de horario


Son las tres de la mañana y yo querría viajar en la línea uno del subte, sentir ese olor que, ya me explicó Ashlar, sale de la madera quemada de los frenos, y descifrar lo que me recuerda. Tengo los sentidos cansados pero no puedo dormir. A esta hora hay una sola cosa qué hacer en la calle y yo me sentaría frente a las ventanas de la biblioteca, iría al súper o a tumbarme en uno de esos jardines como hace aquí toda la gente bajo el sol.
Cuando salga el sol la persiana seguirá cerrada y yo tendré más sueño y no podré más. En mi sueño me despediré del insomnio y le miraré sonreír por última vez. Tal vez despierte con la sensación de haber estado en Querétaro.

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