martes, 25 de marzo de 2014

Dicha


Todavía no me escuchas cuando te hablo en voz baja, entonces te hablo de tu piel. Tal vez nunca me escuches cuando te hable en voz baja. Toco tu piel.

Ya reconozco tu mirada. Tu mirada tiene brazos, bocas, dientes. Y tiene piel.

Tu voz también tiene piel. Tu voz es un cuerpo. Tu voz recorre mi piel con su mirada. Tu voz me aprieta el cuello con sus manos. Tu voz nombra, en voz baja, cicatrices de su cuerpo, y las guarda en la memoria de mi piel.