lunes, 26 de noviembre de 2012

Sin agua


Nos quedamos sin agua. Dejamos de hablar. Fuimos hijos y nietos de hombres y mujeres que un día, siendo niños, se quedaron sin agua y aprendieron a cerrar la boca. Como los animales que no tienen agua.


Por la noche soñé que llorabas. Te brillaba el llanto en las palmas de las manos, te recorría los brazos como sangre, hasta subir a tus ojos y golpear. No puedo en sueños verte y nada más. Tuve tus ojos de piedra, dejé de leer y me puse a escuchar a un niño que pasaba tocando la flauta.


Quisiera que estuvieras solo igual que yo. Que en tu calle también se terminara el agua y soñaras que caminas conmigo y yo te invito un agua de manzana. Que en el silencio me recordaras, supieras en tu boca todo de mí, como un animal que se queda sin agua.

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