Sigue corriendo,
no te quedes ahí quieto como si ya estuvieras cansado,
corre como perseguido, como poseído, como sabio que hace el tonto.
Filtra tus ojos entre postes y corrientes de aire hasta perder tus dudas de haber llegado
a tu destino
- ya lo sé - tú no crees en el destino, pero corre
si no es el destino quedar quieto, condenado,
¿qué haces aquí?,
quiero fuera de mi vista ese par de ojos rodeados
de hombre,
¡que se vayan!
Hay un desfile y debe continuar.
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