miércoles, 19 de septiembre de 2012

El canto del perro


Si tuviera un bote de pintura y una brocha de quince centímetros (sí, un bote de pintura negra) haría cuadros en la pared de enfrente y no seguiría pensando lo mismo del principio al fin de cada línea.

Yo sé que tú también te crees importante y que allá también dibujas cuadros negros en las paredes blancas, mientras piensas que no piensas nada, pero en cierto modo cubres de pintura negra el mundo de las decisiones, de las pequeñas catástrofes humanas y de las distancias absurdas.

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