martes, 20 de marzo de 2012

Tres


Nosotros y tú, como una película. Nosotros caminábamos con las manos extendidas y tú no pensabas en tus manos ni en las nuestras. Era como si todo tu cuerpo hubiera desaparecido y con él tus ojos y la vista, y también el recuerdo de la vista, porque en ese momento tú podías no haber visto nunca nada. Así eras como una sospecha de la palma de mi mano y de mis propios ojos, y yo al fin te quería tanto que olvidaba mi cansancio y me sonreía. Yo te quería tanto que no podía pensar en el cansancio; para mí no existía el camino, mi cuerpo y mi voz eran tan perfectos que podían no haber existido nunca, de manera que yo simplemente no estaba ahí.

Él en una banca de parque, como en una película, pensaba en tí y en mí, se borraba el parque un poco más con cada idea o recuerdo de nosotros, y sonreía al resolver cómo yo te quería.

No hay comentarios:

Publicar un comentario