domingo, 28 de diciembre de 2014

Ruiseñora

http://www.reconoce.mx/tlalpujahua-el-pueblo-de-la-esfera-navidena-mexicana/

Mi madre me hace bajar un piso, de la cafetería a la tienda de regalos, en Tlalpujahua. En este pueblo hacen las esferas para los árboles de Navidad. Me dice: te voy a regalar un pájaro con su esfera. Me muestra la figura de un pájaro azul en tamaño natural, decorada con plumas naturales, con una pinza en las patas agarrado de la esfera: más una gruesa burbuja de vidrio, a su vez colgada de un hilo transparente para flotar en el aire del cuarto. Yo ya escogí el mío, dice. Era el único azul.

Hace unos años abrieron la florería enfrente del Café del Fondo. Ahí, entre los arreglos de alcatraces, margaritas y azucenas, encontré una muñeca con un vestido elegante de otra época y cabeza de pájaro, de plumas azules. De las mangas del vestido salían puntas de alitas en vez de manos. Tamaño muñeca. Pero no estaba en venta. Alguien se la regaló al dueño. Piénselo, por favor. Y cada vez que atravecé desde el Café del Fondo la miraba y preguntaba, aunque a veces no tuviera dinero en la bolsa ni en ningún lado. Supongo que costaría más de quinientos pesos. Tal vez mil.

En el tercer piso del edificio en el centro de Tlalpujahua, quedan dos pájaros. Elijo el rojo, porque son rojos los que a veces me encuentro en el parque. Y porque el azul lo quiere ella. Arriba, por la cafetería, se puede pasar a un salón de ventanales desde donde se ven los cerros arbolados, la iglesia y las vías del tren. Cada que estoy en Tlalpujahua pido permiso para entrar en él, y pienso en hacer una fiesta.


lunes, 1 de diciembre de 2014

Dolor de cabeza

http://www.rosstalling.co.uk/nancarrow-farm/
Te quiero
dolor de cabeza
me conduelo por el amor no correspondido
profundamente.
A veces, cuando tengo un dolor persistente en otras partes del cuerpo, como si este cuerpo organizado me dijera que habla en serio, me duele la cabeza.
El amor no me sale como yo quiero.
También es cierto que fumé demasiado y tomé agua helada, cuatro o cinco vasos.
Perdona. No hay nadie más a quien pueda querer y decirle te quiero en este momento. No te dejes chingar por esto. Me doy cuenta de la barranca inmensa que abrí con esas palabras y me pregunto si ese decir será brujería de mi inconsciente para que te quedes con mi dolor de cabeza.
No lo creo. Si pudiera inventar una bendición para ti. Pero sólo me dio la cabeza para decirte...
Dolor de cabeza. Fumé demasiado. Profundamente.