jueves, 16 de junio de 2011

El perro y el pájaro


Me siento como si nunca me hubieran gustado los colibríes. Podría jurarlo con una mano en el corazón, y nadie sabría que miento. Nadie también conmigo. Es decir, sin mí. Los colibríes qué son. Ayer los vieron y alguien vino a decírselo al que bebía una cerveza conmigo. Y el que bebía conmigo replicó que yo también los vi, que los veo a cada rato. Pero él es un gran mentiroso, y nadie se dio cuenta. Nadie sin mí. Yo dije sí, sin parpadear, los veo todo el tiempo. Y ahora me siento como si nunca me hubieran gustado los colibríes. Hermosos animales. Creí que tenían alas. Por aquí y por allá. Se parecen más a unos brazos. Yo comprendo bien a los colibríes porque en mis sueños necesito salir volando de un espacio angosto, y debo batir mis brazos muy rápido para alcanzar cierta altura e irme volando. Parece que nadie me preguntó por los colibríes. Eres un mentiroso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario